Los Hermanos Kaparazón - Miniserie

 


Hermanos Kaparazón 1945 en San Petesburgo



Bogotá 9 de junio 2023

Carlos Uzcátegui




Los siete hermanos atados por la misma cadena esperaban al juez, que después de tantos años habría de reunirlos de nuevo ante la mesa del fiscal del tribunal de paz.


Grigori, Fiodor, Jilas, Akim, Oleg, Masha y Karlem se llamaban . Eran siete contra el mundo hasta que su propio ostracismo los convirtió en los principales sospechosos de la reyerta universal que acabaría con la invasión a Kiev.



Nacidos en las apacibles estepas de tierras largas y fértiles, cerca de los Urales, criados en la más pura y severa ortodoxia , fueron formados para no doblegarse jamás.



Brela y Endrick Kaparazón fueron padres ejemplares con carácteres dispares. Visiones distintas y opuestas, principios en los que divergieron desde la época de los zares, inexplicablemente llevaron a buen puerto el destino individual de los siete hermanos sobrevivientes.



Grigori, aguatero y amigo personal de Dios. Fiodor bondadoso corazón bañado de canciones. Jilas sembrador de bosques imposibles. Akim agricultor de las tierras dónde no sale la luna. Oleg afortunado y severo con su propia historia. Masha cantante y poeta de palmeras en la estepa . Karlem, escritor de cuentos vespertinos en otoño.



Nacidos siete vivos por la bendición de Dios y del Zar, su madre mantuvo conservado en una botella de vidrio con vodka y formol a Stalin Kaparazón, quien no llegó a nacer vivo, pero al que todos le rendían un extraño culto, cuatro noches antes de la fría navidad que entumece las piedras ocultas al hielo de los Urales. 



Brela, la madre,  hacía pasar uno a uno a sus hijos varones de 6 pies y 180 libras en promedio, a desear un feliz año nuevo a Stalin quien parecía vivo y solo esperaba pacientemente el día en que dejara de ver la luz que nunca quiso ver.


 

En las exequias de Endrick, recién llegada la primavera gris después de la guerra, Brela entregó con toda devoción al enterrador, la botella donde por tantos años "nadó" Stalin, a quien le hubiese correspondido el lugar de Fiodor. No se sabe si la feliz aventura de Fiodor hizo honor a la postura que de por vida mantuvo Stalin, nadando en vodka y formol.



Endrick, adusto y severo alquimista, trabajó en su juventud en una botica cerca de la Plaza Roja en Moscú. Durante los saqueos de la revolución de 1917, el encargado del Banco de Moscú le hizo un regalo que lo acompañó hasta el fin de sus días: le obsequió la caja fuerte del Banco de Moscú, en su exterior, marcada en letras doradas se leía: основан в 1888 (Fundado en 1888) .



Le confesó que en dicha caja estaban las joyas más preciadas de la Zarina Alejandra Romanova, y que se la regalaba con la condición que nunca fuera abierta, ni revelado su contenido a nadie. 



Gorky el encargado del banco le dijo que al llegar esa caja al destino donde él fuera a radicarse , ese día conocería al amor de su vida y mientras no abriera la caja fuerte, nunca necesitaría usar su contenido.



Los Urales distan unos 1396 Kilómetros de Moscú, eran la tierra soñada de Endrick, sus abuelos le contaron sobre la danza del trigo en primavera, los abrazos del viento del norte a las ovejas, que permanecían serenas durante las generosas tardes de esquilme en el verano boreal.


Hacia allá envió con una caravana de correo, su preciado y secreto regalo, cubierto con tiras de estibas con marcas borrosas donde aún se leía "Stolichnaya".



Tres años después el estafeta central le anuncia a Endrick, la llegada de su pesada encomienda. Ya él tenía el sitio predispuesto, el lugar para su caja fuerte.


Al llegar a la oficina donde acopian las encomiendas, averigua con quién debe hablar y en la fila , justo delante de él estaba una mujer vestida de blanco con cofia almidonada, impecable, impresionante porte ,hermosa y con trenzas brillantes de azabache infinito a la cintura: se llamaba Brela. 


La profecía de Gorky empezaba a cumplirse. Brela sería su amor en las estepas y la madre de sus hijos.



Los Hermanos


Antes de encontrarse todos frente al gran jurado, que ese día tomaría la decisión final sobre el destino común al que habrían de resignarse, allí estaban juntos de nuevo, como en aquella foto del 6 de agosto del 45, imborrable fecha. Eran tan distintos



Grigorí: Brela se jactaba de su increíble rectitud, decía que a los 3 meses se sentaba derechito en la vasenilla solo y decía que a los 4 meses controlaba esfínteres.


Esa fué una buena razón para amar a su primogénito nacido al término del interminable otoño, en las frías estepas y estrenándose como madre.


Qué mejor argumento para convertirlo en su predilecto, el hecho que no demandará más pañales de tela y agua caliente, ya era una justa causa.


Fiodor: Brela le decía “moye ditya”, mi niño en ruso, tenía cuatro nombres a la vez, pelos rubios ensortijados , nació pesando14 libras y midió 3 pies de largo.


Aunque el deseo de Endrick era que aprendiera sobre ovejas, fue enviado a los Estados Unidos donde finalmente se convirtió en agente de la KGB.


Se dice que el gobierno ruso enviaba sus pagos en especias, con tabaco y ron cubano en medio de la guerra fría.


Jilas: El cerebro más carismático de los siete hermanos. Era conocido como el Agente 37, hábil espía de la KGB, con insospechadas habilidades camaleónicas que le permitieron mimetizarse en muchos ambientes.


Sus refinados gustos y su francés exquisito le abrieron puertas al mundo diplomático donde conspiró para que la perrita rusa Laika no fuera enviada a morir en la luna. 


Akim: Compañero de estudios de anatomía del Dr Victor Frankenstein y aficionado a la veterinaria con Inteligencia Artificial, logró criar ovejas que dan 100 litros de leche sin comer y sin parir.


Defensor de las redes que comercian partes de animales para seguir desarrollando nuevas criaturas en un mundo con profundos desafíos alimentarios. 


Oleg: Cerebro financiero, oráculo de obligada consulta diaria por parte de Soros, Buffet y Gates.


No le perdona al Kremlin el no haber sido informado oportunamente de los ataques que cambiaron el sentido de las bolsas del mundo. Filántropo. 


Masha es la diosa de la agricultura , la poesía y la música. Aficionada tardía a cantar opera frente a lagunas doradas que bañan palmeras de amor, ha demostrado que la música todo lo puede.

  

Karlem, dueño de un bolígrafo kilométrico con poca tinta que se nutre de café y vino para rayar historias sin sentido y con alma de otoño. Libre, vive en la selva con un gato.


Todos crecieron bajo el mismo techo en tiempos distintos, con economías diversas en cada momento de su historia familiar, y con maneras complicadas de amar a Dios.


Grigori marchó temprano de su casa, fue una decisión acertada. Los canales de riego en los Urales funcionaban a la perfección y las tardes de sus colegas aguateros terminaban en borracheras de vodka, que hubiesen creado una brecha con su bienhadada historia final. San Petersburgo fué una buena decisión.



Fiodor fué justo y compasivo con su alma libre y abierta, escribió su camino como entendió su destino. Amado por su bondad, odiado por su bondad. Un reloj parado tiene razón dos veces al día. Dueño de una libertad que nadie entendió. Feliz cabalga en su mundo que solo él y Florentino comprenden .



Jilas hizo lo que quiso y ahora quiere lo que hace. Destino perfecto con heridas profundas que nadie conoce. Marchó a tiempo por su camino a descontar el tiempo que no había llegado.



Akim, noble, generoso y equivocadamente inequívoco, sabio detrás del espejo de Alicia en el país de las maravillas. Vive seguro que las estrellas le darán la razón.



Oleg lucha con fantasmas de tiempos lejanos, brillante y amable cuando la luna está en menguante o en creciente. Querible y memorable como el Cinema Paradiso.



Masha es nobleza a prueba de fallos. Memoria de madre y amor de padre. Todo lo tiene y todo lo dá.



Karlem recoge y multiplica los errores de todos. Le corresponde por ser el menor.



Cada uno tuvo un tiempo y un tipo de relación con Brela y Endrick. 


Se dice que Gorky le dijo al Endrick que estaba obligado a que su descendencia fuera par, que sus hijos se entenderán siempre que se reunieran en grupos pares, cualquier reunión en grupos de 3, 5 o 7 de ellos traería discordia y separación. 


Obviamente la peor reunión sería la de cada uno sería consigo mismo, el impar absoluto, uno.


Gorky lo atribuyó a que el año de la revolución bolchevique fué impar, 17.


En las vidas de los hermanos Kaparazón pasaron muchas cosas.


Se cuenta que Akim estuvo al borde de la muerte y la parálisis infantil lo atacó con toda su fuerza. Un milagro de Nuestra Señora de Kazan salva su vida


Jilas marchó de su casa en los tiempos del cólera. A recorrer su vida sin teléfono conocido y con una mochila verde del ejercito de salvación.


Fiodor se extravió por siempre del amor de su vida, quien sin él saberlo, lo sigue llorando.


Historias y momentos que forjaron historias de seres imperfectos. Tímidos para amar y para amarse.


Dueños una razón que no existirá nunca.


Los hermanos Kaparazón serán juzgados por darle certeza a la palabra de Gorky. El no poder reunirse sino en pares alejó de todos ellos el deseo de Brela, que lo sabía de siempre y por eso quiso conservar lo más que pudo a Stalin en su botella cercano a todos los siete. 



El Juicio



Lo inevitable llegó. Los Urales en la ciudad de Perm (antes conocida como Molotov) ,tenía Jueces de Paz , concilaban familias cuyos bandos hubiesen estado a favor o en contra del Zar para evitar dolores y arrepentimientos heredados que pudieran interrumpir la cadena de oraciones y bendiciones que estaban regadas sobre ellos.  


No era ese el caso . Los hermanos Kaparazón venían de una familia con una más o menos alineada cadena de valores, a pesar de las separaciones lógicas del destino.


El juez llega a la sala del tribunal , todos se paran, excepto Oleg y Akim quienes asesorados por su experiencia y sus visitas a salas de justicia disputando razones al azar, se sentían seguros de lo que hacían. 


Allí se empezó a enturbiar la causa para todos ellos, a quienes la fiscalía les había prohibido llevar su propio abogado, entre otras cosas porque el fiscal estaba seguro que jamás se pondrían de acuerdo para su nombramiento.






FIN DEL CAPÍTULO  I - CONTINUARÁ




Capítulo 2






«La vida no es como la has visto en el cine, la vida es más difícil. ¡Márchate! ¡Regresa a Roma! Eres joven, el mundo es tuyo, yo ya soy viejo, no quiero oírte más, sólo quiero oír hablar de ti.» Alfredo, Cinema Paradiso






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