Bogotá, 23 de Junio de 2023
Carlos Uzcátegui
El Juicio
Tres días habían pasado desde aquella primera sesión. Hoy correspondió al fiscal presentar pruebas ,las que permitirían al juez reunir los elementos de juicio para dictaminar su sentencia definitiva.
El juez llama al fiscal Vladimir Murza, a presentar las evidencias recolectadas en imágenes, tomadas con la antigua cámara Rollei.
Además de otros objetos encontrados en el antiguo recinto familiar, donde quedó atascada por siempre la caja fuerte del Banco de Moscú sin jamás haber sido abierta.
El fiscal Murza, de unos 77 años, graduado en la Universidad de Cracovia en tiempos de la guerra, conocedor de esta compleja temática de paz, debe mostrar las evidencias recolectadas y solicita al juez que por vía de excepción, le permita poner música de fondo: Las Cuatro Estaciones de Vivaldi, para ambientar el ciclo de vida de la familia Kaparazón.
El juez accede y se inicia el acto de presentación de pruebas.
(Suena La Primavera de Vivaldi)
Las Pruebas
El fiscal solicita permiso al honorable juez y empieza a mostrar sus evidencias:
Evidencia 1.- Muestra un amarillento librillo, blanco alguna vez, de unas 18 páginas impresas por ambas caras en formato de 1/16 de pliego,con tipo de fuente serifa, intitulado “Un mensaje a García” .
El fiscal lo exhibe como instrumento “contra ideologizante” , pués García fué de la oposición al Kremlin durante la guerra de Cuba.
Según se ha desprendido del interrogatorio realizado de manera individual a los acusados, este manual era de obligatoria lectura durante los primeros 16 años de su vida. Era un catecismo paralelo, indudablemente aportó características individualistas a su personalidad.
Evidencia 2.- El Quijote. Una sublime y expresiva talla de madera clara, de unos 75 cm de altura, representaba al Quijote, sin el brazo derecho, con el escudo partido y carente de su pierna izquierda.
Su lanza arqueada estaba lista para escribir poemas por llegar, daba permiso al molino del jardín a perdonar las batallas perdidas.
Se dice del hidalgo personaje, que era un politeista a la inversa, y que descubrió el deber ser, sin hacer nada distinto a poner en práctica su idea de perseguir molinos desadaptados al viento y al tiempo.
Evidencia 3.- Una colección de 20 tomos de información clasificada, seguramente extraída de un archivo secreto oficial del país enemigo y cuyo nombre clave era : “El Tesoro de La Juventud” (*) , cuyo contenido era totalmente engañoso. Fué introducido a Rusia para desorientar y confundir la revolución naciente.
Evidencia 4.- Una máquina desnatadora, instrumento de tortura utilizado sin piedad durante la juventud de los acusados varones.
Un artilugio extrañísimo el cuál, los acusados en interrogatorios aislados reconocieron como descremadora de leche. Un instrumento capitalista para extraer de la leche, que ya era de por sí una extracción a las vacas explotadas, un subproducto que llamaban mantequilla.
Se hizo esta propuesta a los acusados varones de manera individual: a que quien la desarmara y la limpiara sería beneficiado con libertad incondicional e inmediata.
Todos ante esta oferta eligieron la pena de muerte. La fiscalía descartó esta opción
Evidencia 5.- Una insospechadamente gigantesca y surtida cantidad de llaves, llaveros y candados. La fiscalía consiguió manojos atados con alambres, con llaveros, con cables. Con todo tipo de tecnología de seguridad de la época posible.
Endrick compraba a través de un contacto, llaves pérdidas o sin uso al mejor precio, en las ferreterías de Kiev. Las compraba al por mayor y las tenía colgadas al cinto en su llavero de 443 llaves de las cuales solo 3 eran funcionales.
Las otras 440 eran de obligatorio aprendizaje por marca, color e inutilidad por parte de los acusados.
Los vecinos revelaron a esta fiscalía que los hermanos Kaparazón pasaron el 93% del tiempo de su infancia buscando llaves. Al grito ¿Donde están las llaves de su papá? se iniciaban todos los días sábados en la mañana y esa búsqueda no se detendría sino hasta bien entrada la madrugada de los lunes.
Esto aconteció durante décadas, sin ningún tipo de interrupción en la vida familiar.
En ocasiones especiales ,fines de semana largos o vacaciones se perdían, 4 llaves a la vez cada día en distintos e insospechados horarios.
Los traumas de esta fatídica costumbre fueron inconmensurables.
Las llaves de la caja fuerte del Banco de Moscú nunca aparecieron, ni como prueba, ni en el recuerdo de los acusados, quienes confesaron haber buscado esas llaves toda su vida.
Aún las siguen buscando en sus pesadillas.
Evidencia 6.- El ancla de babor del Titanic. La inteligencia rusa no se explica cómo llegó a esa casa, tan preciada reliquia.
Sin implosiones, el ancla reposó su historia sobre el noble mandarino, donde nacieron las frutas somníferas que acariciaron el sueño de la Bella Durmiente durante 100 años .
Evidencia 7.- Un piano sin cola ,cuyo teclado carecía de la tecla fa, en todas sus octavas. Quien lo interpretaba tenía el desafío diario de buscar partituras que tuvieran ausente esta nota. O sostener la preciada cadencia ausente de fa con fe sontenida, para emular armonía de la vida y de la música.
Su señoría, estas pruebas son contundentes y vinculantes sobre el comportamiento de los acusados, razón que amerita sean aplicadas las sanciones correspondientes con todo el peso de la ley.
El murmullo en la sala subió de tono. Los acusados se veían nerviosos y aún así, mantenían una extraña y disimulada sonrisa en su rostro.
El viejo letrado y sabio juez, Albrech Arbuz de 109 años de edad, perdió por un momento el hilo de la sesión. En su mente estaba el conocimiento que sobre los Kaparazón él tenía. Conocía a los Kaparazón desde hacía muchos años pero no quiso manifestar ante la fiscalía nada, para evitar ser removido o tener que inhibirse del caso.
Sin embargo, su extraña y eventual complicidad, no le excusaba de la severidad de criterio que debería imponerse ante esta complicada situación de los hermanos objeto de este juicio de paz.
El juez haciendo uso de sus atribuciones cerró la sesión, para darse tiempo y meditar denodadamente acerca de este complicado juicio.
La sentencia
El juez cuya filosofía era "ante la evidencia ríndete", no dudó en llamar al estrado al Dr. Nikita Sabiusky, eminente sociólogo, antropólogo, psiquiatra y psicólogo.
Sacerdote retirado de la orden de los Infantes de Calatrava de San Agustín. Consultor del Papa y reserva indeleble e indiscutible del conocimiento universal conocido y por conocer por la inteligencia artificial.
El juez hace jurar al experto para que revise la evidencia presentada, la tensión en la sala era inusual.
Los aportes del Doctor Nikita Sabiusky serán definitivos para la resolución del caso.
El experto inició su dictamen así:
-Se trata de una familia formada en valores y logros individuales. La ideología sembrada por el “Mensaje a García” , aunada la admiración al hidalgo español de la imagen rota, quien actuaba por inspiración propia me hace llegar a esta conclusión.
-La búsqueda de llaves sin puertas que abrir, demuestra consecuencias que son objeto de este juicio. Son más profundas, evidencian un futuro distante de la paz y lleno de angustia ante lo desconocido de un día cualquiera, sin llaves que buscar.
-Los hechos de la prueba 4 (La desnatadora), dejaron secuelas inconfesables no vinculantes con la verdad que aquí se busca.
-Un piano carente de la nota esencial hizo de la música para ellos, un vivir dentro de la guitarra imposible. Sus acordes sólo eran concebibles para justificar su extraña manera de amar.
-La música sin fa y con fé, demuestra la búsqueda de una paz interior que no será posible sin armonía.
El juez consulta al experto sobre si a su juicio están dados todos los elementos para dictar la sentencia. El testigo asiente y dice: Su Señoría la evidencia está clara, el pueblo ruso espera que su sabiduría ejerza justicia en este caso.
El dictamen de la sentencia será revelado en la Parte 3 y última de esta mini serie.
Episodio 3
(*) El Tesoro de la Juventud o Enciclopedia de Conocimiento, una colección de veinte tomos y más de 7.000 páginas ilustradas, originalmente publicada en inglés; fue traducida al castellano, editada y distribuida en América Latina por la Editorial Jackson en 1920. En cada país, las primeras ediciones contaron con la colaboración de escritores y científicos locales; en la edición argentina −dirigida por Estanislao Zeballos− colaboraron entre otros Miguel de Unamuno, José Enrique Rodó, Adolfo Holmberg. Cada tomo, encuadernado en tela e impreso en papel satinado, incluía cuentos tradicionales, poesías, biografías de hombres y mujeres famosos, información sobre temas científicos, geográficos, históricos, literarios; lecciones de francés e inglés; manualidades; juegos, canciones, con excelentes ilustraciones y fotografías. Fue la más célebre y difundida enciclopedia para niños del siglo XX, una obra infaltable en muchas bibliotecas domésticas, que podía adquirirse junto con un mueble diseñado especialmente para contener y exhibir los veinte tomos.
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