Un Ángel Roto



Carlos Uzcátegui Briceño

Bogotá 01 de mayo de 2024

 

Ese día me levanté con el deseo de conocer a mi Ángel de la Guarda. Tenía la necesidad de saber quién hacía posible tantos milagros, que sin solicitarlos, se presentaban en mi vida. Le pedí a Dios que me lo mostrara.

 

El Señor escuchó mi oración. Me pidió que levantara mis manos y diera gracias primero, que él mismo me diría como era mi ángel. Me aseguró que no lo vería, pero me lo iba a detallar de tal manera que no me quedaría duda alguna sobre su identidad.


Eso sí, tendría que mantener en secreto el nombre que me sería revelado, bajo esa condición acepté.

 

Empezó a hablarme y yo, a prestar toda mi atención. Me dijo: tuviste la fortuna de tener un ángel de la guarda roto. Dios que todo lo ve sintió mi expresión de sorpresa, quizás mi alma manifestaba cierta inconformidad. Seguro que Él notó lo injusto que a mi parecer caía aquella infausta noticia ¿un ángel de la guarda roto? ¿a mí?  

 

Dios en su infinita sabiduría se quedó observando mi reacción y prosiguió con su explicación. Tu ángel no escucha por un oído y por el otro escucha perfecto. Eso es para que tenga la habilidad de voltear y no escuchar tus dudas, solo quiere oír lo bueno que sale de tu corazón, prosiguió.  



Además, el ángel que te envié es miope. Otra sorpresa más, jamás vi un ángel con gafas. También sabe quitarselas, continuó el Creador, cuando no quiere ver los rumbos equivocados que tomas a pesar de las advertencias que te hace. Él de todas maneras está dispuesto a acompañarte por los caminos de tu vida con fallas de borde y siempre estará allí para protegerte.



Y sabes, prosiguió, también se cae al caminar, lo ha hecho muchas veces y tu, que no sabes quien es, lo has ayudado a levantarse. Se cae para despertar en tí los sentimientos de empatía y caridad, que ayudarán a salvar tu alma.



Tu ángel sabe cuando ríes, cuando lloras, conoce como poner plumas en el alma para curar estos dolores y sabe poner la música precisa, en el mejor momento para alegrar tu vida.



Tu ángel sabe que alimento necesitas en tu cuerpo y en tu corazón. No permite que te falten nunca los nutrientes del alma.



Las alas le fallan pero siempre llega en el momento exacto, se adelanta para compensar el tiempo que requiere para llegar, está presente y sabe lo que vas a necesitar antes que amanezca la noche.



Y le pregunté a Dios ¿Y por qué sus alas le fallan ? Me dijo: cada vez que has llorado él se ha sacado algunas de sus plumas blancas para secar tus lágrimas, cuando alguién se va de tu vida o cuando en el azul de la noche triste no puedes ver las estrellas.



Me quedé pensando en la sabiduría de Dios cuando me regaló este Ángel de la Guarda roto, entendí que era el perfecto para mi .



Esa mañana comprendí que todos tenemos un ángel de la guarda roto. El que Dios me regaló tiene la sabiduría necesaria causada por sus roturas, para cuidarme a cada momento de mi caminar por este sendero.



Mi Ángel es sabio, prudente, de mirada dulce y tranquila.



No todos los ángeles de la guarda tienen las mismas roturas, Dios lo elige para cada quién, son personalizados.



Angel de mi Guarda , mi dulce compañía, no me desampares ni de noche ni de día.








Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.

Hechos 12,7


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