Bogotá 6 de Octubre de 2023
Carlos Uzcátegui
Ver a María Corina atravesar ríos , viajar en moto y rodar por su país donde no puede volar, suena a aquella frase del Libertador en 1812 “Si la naturaleza se opone lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca” y ella agregó: #hastaelfinal
A veces la veo y siento que quiere construir el tercer templo de Salomón sin oro y sin herramientas. Sin posibilidades en la lógica del contexto dónde uno la ve luchar, levantando sus brazos en cualquier pueblo venezolano, que cada vez se parece más a Ortiz ,el de las Casas Muertas de Otero.
Y es que María Corina se ha ido convirtiendo en una ocasión “mesiánica” en el buen sentido de la palabra. No promete nada, escucha, sabe arrimar su hombro y tocar el hombro del hombre desesperanzado sin agua, ni luz ,ni gasolina, con sus hijos con pasaportes vencidos, presos en un sueño que habla otro idioma.
María Corina no promete nada, no promete cien mil casitas, no promete un puente a la Isla de Margarita. Ella escucha y esa es de lejos la cualidad y la calidad más importante de su liderazgo.
Oye en su corazón las súplicas silentes de los abuelos pérdidos en patios de mangos, que construyeron con la ilusión de ver crecer a sus nietos o algunos más osados soñaron hacer allí el bautizo de sus bisnietos.
Casas grandes, generosas y abiertas como el corazón de cada venezolano.
Casas con cajas vacías de Polar, cubiertas de telarañas arrumbadas, haciendo sombra a la olla ahumada de aquellas hallacas y de la parrilla oxidada del asado de los 25.
Casas que suplican el regreso de la libertad, de aquella Venezuela grande, envidia del mundo y puerto seguro de quienes querían construir su propio futuro.
Donde todos los “musiues” entraban por la puerta grande a su nueva historia.
Y María Corina sigue llenando de amor y de esperanza, vestida de blue jean con camisa blanca, cada mirada de millones, que lloran por dentro al pensar que su hijo o su nieto quizás esté atravesado la ignominia del Darién.
Esas personas que la siguen y se emocionan cuándo se sienten escuchadas por su mirada cristalina , negra y larga como la sombra en los médanos, saben que lo que sigue es una misión post apocalíptica: es la reconstrucción del paisaje que Aldemaro , Chelique , Torrealba, Simón Díaz y otros tantos imprimieron en canciones, que viven por siempre pasillaneando en el alma de cada venezolano, en cada destino involuntario.
Le corresponde a María Corina hacerse eco de Churchill , sabe que lo que viene es sangre, sudor y lágrimas. Quizás la sangre ya ha sido derramada en cantidad suficiente por lo que sabemos, sin embargo el sudor del trabajo para la reconstrucción de la tierra de gracia no tiene forma de eludirse.
Y la gente lo entiende. Ya ese estigma del facilismo creó la conciencia requerida para el cambio.
Ella espera, como todos, que las lágrimas provengan del reencuentro con la música en Maiquetía, en Cúcuta, en Maicao o en Santa Elena, donde quiera que el paso del retorno saque una sonrisa al funcionario de turno que selle el regreso y diga “bienvenido de nuevo a la tierra del araguaney y el turpial, donde el pajarillo canta caballo viejo al amanecer”
María Corina tiene la visión.
Es líder, tiene coraje. La vi cuándo le dijo ladrón al expropiador de los sueños del país más feliz del mundo.
Ahora sí lo sabemos: tuvimos que pagar en carne propia muchas facturas por nuestro descuido político.
Ella no promete casas, ni rebajas de impuestos, ella tiene influencia. Esa misma -liderazgo en esencia- se da porque entiende cómo funciona el verdadero líder, está decidida a servir sin aspiraciones personales distintas a su vocación.
Sabe como líder tocar el corazón , sabe que para tocar el corazón de la gente, debe saber escuchar y ha desarrollado esa habilidad con impecable ternura. Con arrojo también.
Después de tocar el corazón de la gente, tiene la autoridad moral y espiritual para pedir la confianza de la misma gente y ha hecho este trabajo con filigrana perfecta, desde que inició su caminar en la vida pública.
MCM comprendió que un líder no se hace en un microondas ,ella ha tenido la paciencia y el denuedo de saber cocinar y madurar su historia, hasta poder identificar ese “sabor” que le permitió reconocer el momento perfecto, para construir esperanza y futuro, forjar destino, retomar el camino limpio en la tierra de los peregrinos de la Virgen de Coromoto y de la Chiquinquirá.
Sabe para donde va, no tiene agenda oculta, tiene enemigos visibles e invisibles. Eso habla de su poder como ser: clara y con carácter.
Sabemos las miles de trampas y tramas que en torno a ella se están tejiendo para detener su legado en construcción.
Nosotros tenemos un compromiso con la historia irrenunciable.
Es nuestra Juana de Arco, que monta en moto y camina sobre piedras de río, para escuchar el dolor de un sueño pérdido, sembrando esperanza.
Nos necesitamos unidos.
Siento la voluntad de la gente masivamente con ella, arrasará en la primaria de Octubre, que será el Oktoberfest de nuestros deseos, sentiremos por un momento el regreso del repartidor del Jamón Plumrose del 24 de diciembre, y viviremos de nuevo la mirada de la niñita, que marcó los días azules de la patria bella, llena de oportunidades, con aroma de árboles de navidad canadienses parados en Bello Monte.
Si nuestro Himno Nacional, como dicen es una canción de cuna, deseo que María Corina sea arrullada siempre en sus sueños por ese canto, es caraqueña y los caraqueños les ha tocado muy de cerca la responsabilidad de dar la libertad a todos los nativos de esta tierra, tercer destino de Colón.
Tus sueños son los de un pueblo que ama lo que amas: la libertad María Corina.
Y que a nadie se le ocurra prohibir este amor. Este amor se consumará a pesar de quienes pretendan prohibirlo.
De manera especial y única, como solo Dios sabe abrir puertas a la libertad y al destino de quienes le saben amar para hacer el bien.
Por eso, unido a millones hoy pido cada mañana : Dios te salve María Corina.
Lo que va de siembra ya está rindiendo frutos perennes en los recuerdos del futuro, que soñamos para Venezuela.
Dios te salve María.
Fe y fuerza. El Señor está contigo y con Venezuela.
Mateo 5,10
10 Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos.
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