Ausencia - Poema

 





Carlos Uzcátegui 
Bogotá 5 de Agosto de 2023


Ayer el gato se levantó más pensativo,
es él quien medita y reflexiona en las tardes 
y decide en las mañanas a donde deben
volar los suspiros de la eterna madrugada.

Las ausencias del mar son eternas cuando veo
los rostros de la gente que caminó mi camino,
reflejadas en él, después que imploré que no se fueran.
Trato de esconder este poema de la lectura del gato.

Las ausencias de voces y abrazos me dejan respirando el vacío,
el sonido de los pulmones saturados de nicotina de papá 
se estrella en esta tarde de domingo con el recuerdo de 
mi primera muerte, la que abrió mi alma al dolor.

Las ausencias me dejan sentir la mirada de las palabras 
escritas por los fantasmas de la noche que bailé contigo,
cuando tu pelo recitaba libertad y contaba historias de caricias
que no quise saber. Solo vivir tu ausencia me basta.

Las ausencias se parecen a la camioneta de papá saliendo por la callejuela,
a mamá llegando de Logan después de 99 años de soledad.
Ausencia de afecto, para respirar tranquilo en la cuna de Maora, mientras
Singa moría sin comer arepa con pasta de hígado detrás del piano.

Ausencia de las visitas secretas de Alba Consuelo a mamá , 
su vida era tan frágil y ella era tan fuerte, no lo sabía.
Allí había amistad amor e interés verdadero por 
la amistad que vale la vida.

Ausencia de Manuel y Gustavo en noches eternas
jugando dominó: repita la ficha, salida sin doble
tranca segura y tantas frases ausentes del juego.
Se tranca el juego y la vida también.

Lo bueno de la ausencia es que causa presencia,
la energía del afecto los trae de vuelta y puedo
recordar los aromas de las noches perfumadas de fiesta
y el sabor de la vida de los que están ausentes.

Lo malo es que nunca pude hacer el inventario de lo
que encerraba la gaveta secreta de Harry, que durmió
en mi habitación por tantos años y marchó en viaje
clandestino a la ausencia eterna.

@carluz1

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