Cayó de su propia altura (reflexión)





Bogotá 7 de diciembre de 2022

Al despertar Edna se encontraba en la sala de urgencias en el viejo hospital del barrio estilo inglés . La historia clínica con su nombre impreso en un cartel en la cabecera de su camilla decía:  Paciente fractura distal del radio en la mano derecha causada por caída de su propia altura.



Todo comenzó hace 11 meses. Una prima materna de Edna decidió casarse en Cartagena y se propuso diseñar una fiesta, de esas que empiezan a ser indelebles en la memoria de todos los invitados, desde el momento en que se concibe, por la expectativa que genera su detallada y especial organización.


Edna no escapó a su adelantada preparación. Pasó días revisando aplicaciones de tiquetes aéreos y con más de 7 meses de antelación compró su pasaje, reservó hoteles, mandó a preparar su vestido después de haber visitado tiendas y modistas, corrigiendo medidas y detalles. Ella es muy hermosa y su traje sería el merecedor de envolver su belleza ese día.


La ilusión de ir al evento, convocado para ser realizado en la Catedral de Cartagena y con brindis previo en un baluarte de la histórica muralla, rayando un atardecer de esos que solo regala el encanto de la mágica y romántica ciudad, no daba tregua al sueño de Edna.


El día previo al evento, a solo once horas de tomar su vuelo a Cartagena, salió a buscar un detallito final, olvidado quizás por la emoción de lo que se avecinaba, cuando un inocente y descuidado borde de  menos dos centímetros de altura en la mitad de la calle al frente de su casa, derrumbó toda la larga preparación. 


Esa tarde Edna “cayó de su propia altura” y las maletas quedaron sin cerrarse sobre su cama.


Fijate desde donde puedes caer


Cuántas veces pasamos por la vida “cayendo de nuestra propia altura''. Cuántas veces conocemos egos tan elevados y los vemos precipitarse desde su “propia altura” llevando en su caída la ruina afectiva o económica de familias , organizaciones o de empresas.


La altura de la caída en estos casos la decide cada quién en su juego interior y su ego. La soberbia contribuye enormemente a que la caída sea más traumática y que cause mayores “fracturas” tanto en quien cae como en su entorno, finalmente este último es quien más sufre.


A Dios le pedimos que nos mantenga aterrizados y cercanos a la misión que tenga para nosotros, y nos evite alturas cargadas de soberbia y prepotencia que nos hagan caer desde “nuestra propia altura” y llevarnos en la precipitada carrera inevitable de la gravedad, a quienes no lo merezcan por culpa de nuestro ego.


 


 

Antes del quebrantamiento es la soberbia,

Y antes de la caída la altivez de espíritu.


Proverbios 16,18

 




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