¿A qué juegas Luna?

 



Carlos Uzcátegui

Bogotá 13 de Agosto 2022


Jugaba a las escondidas la luna detrás del cerro y una noche decidió que su juego iba en serio y pretendió no salir. Dejar a los aviadores sin luna , a los poetas sin musa , a la marea sin subir o bajar y a los novios sin motivos para sentir la belleza de la noche. 

Pensó dejar a su amigo “El Principito” sin flor para cuidar , ni elefante en el sombrero de sus caprichos imaginarios, y a los molinos de La Mancha sin sombra de noche, para poder escribir historias de caballeros en la imaginación del Hidalgo perfecto.

Pero esa noche, por un infinito segundo,  el mundo se detuvo, no imaginaba la luna que siendo ella tan pequeña,  podía ser el corazón de la vida, que se regala entre los afectos, que a distancia se recuerdan y se ven reflejados en su faz, sin que nadie lo sepa. 

No sabía ella que era el espejo que unía a la humanidad entera en su reflejo. Que permitía escuchar la voz de los que ya no la ven.

No sabía que esa noche, la música perdería sentido. Esa noche entendió que la música comenzó cuando alguién vió navegar un rayo de ella, sobre el pecho de la mujer amada:  la noche que se inventó el amor.

 La luna esa noche comprendió que los pescadores eran almas sin suerte, que veían en ella los milagros de la vida y se enteró que ellos, agradecen cada amanecer el haberse asomado en la noche, justo en el momento que los peces comprenden su misión divina de vida.

 Vió que el sonido de la luz de la noche se debe a su presencia , a veces escondida detrás de la montaña  que alguien mayor que ella, cortó y puso en la armonía perfecta.  Es ese cerro que ella abraza escondida cada noche.

 Y en su imaginario  vió que las flores lloraban su decisión , que su ir y venir crea amor, y que finalmente si se negaba a salir, habrían corazones abandonados, poetas muertos y amores sin flores…sin sentido.

 Entonces la luna que sabe de vientos y mares , le pidió al Dios de los vientos que soplara las nubes, y solo por hoy le permitiera abrazar al sol antes de tiempo, estaba arrepentida de su juego  y  entendió que su decisión de demorar el plenilunio haría imposible la leyenda del amor…para siempre.


 Carlos Uzcátegui B.


 Bogotá , 13 de Agosto 2022

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